DESDE QUE EL MUNDO ES MUNDO
Crasos aires, escarcha y sombras,
lento planeta que se tiende
indolente al dolor, cadena por divisa
y amotina lúgubre cornisa.
Ventolera sin ejes, en toda tierra,
y soledad bramante de mitos,
el sabor, de verdor que atrapa,
el abrazo de la muerte, batido ensarto.
Sentiré mucho la despedida
de aguas batientes sin patos,
cuando el tenue farol ilumine
desde la roca mi faro y acobardarme.
Cielo impío de mugre almohada,
intranquilidad que de noche absorbe,
la tranquila atómica tierra
navegando por hombres de mala hiel.
El desatino cruel como de un loco,
hilvana música entre bemoles,
el feo sigiloso que les guerrea
matando alhajas como nonatos hijos.
El sustento del goce se atraganta,
parco de maldad, estruendos guerreros,
que vagan mundos de odio farsario
y parece el fin del cruel relieve.
Fulgor al pavor, la guerra loca acecha,
simiente y estrenuidad trizados,
lamiendo la enfermedad de una guerra
porque el mundo desea siempre triunfo.
Las dunas cartabón abren mis cejas,
y mis ojos inmarcesibles se excitan,
a unos rumbos que atrapan rosas tristes
y en los vientos malean malas brisas.
Temblor de guerra que aboliría,
carmesí de las muertes por el viento,
dolor y estertores desatinos
porque defienden maldad de acciones.
Guerra de hiel y errantes gorgojos
matando a niños, mujeres, atacas;
y el terror errante rompe vidas
por un mundo de malos políticos.
Vida muy dura, ahíto de remordimiento,
mala alma que pende por la tierra,
circunda las tierras con sus balas
y revienta con asfixia que nos doma.
Muertos brotan, inmersos, enterrados,
y raídos de bombas, maldades,
muchos desterrados, con toda su ruina,
que navegarán, mares y campos sangrientos.
gSastre(2013)
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